Está ubicado en la intersección de la avenida San Martín y entre Becar, Río Negro y De los Inmigrantes. En abril se cumplieron 20 años de su inauguración.
“El monumento es el lugar que representa el sentimiento y la memoria de los muertos por Malvinas, la soberanía de las Islas y la obligación por mantener vivo el recuerdo de todos los que no volvieron, y de los que volvieron a seguir luchando.” Eduardo Hugo Chorrero, veterano de guerra de Malvinas.
En el año 1989, la Municipalidad de Río Gallegos concursó el anteproyecto para construir el ‘Monumento a los caídos en Malvinas’. El jurado seleccionó el diseño realizado por el arquitecto Héctor Pedrazo.
Un año más tarde, mediante licitación pública, se construyó únicamente el monumento de acuerdo a los planes originales del proyecto. El basamento original de piedras volcánicas y los aterrazamientos de la propuesta, se sustituyeron por una base de piedra bola y veredas aisladas, sin una geometría comprensible. En 1992, la dirección de Obras Públicas del Municipio construyó dos elementos portaplacas a ambos lados del monumento, basándose en la perspectiva realizada por Pedraza.
El 2 de abril de 1992, al cumplirse 10 años del conflicto de Malvinas, fue inaugurado el monumento.
El monumento fue diseñado y construido con significados plasmados en figuras geométricas verticales y horizontales, que se divide en dos rostros simbólicos, característicos de la gesta de Malvinas en 1982. En 1994 se completa el proyecto con una fuente, cuyo objetivo era “abordar un sitio de importancia urbana”.
El monumento y la fuente que contiene la figura de las Islas en su interior, son los elementos protagónicos de la manzana que fue elegida para homenajear a los veteranos.
Los dos rostros: La intención y el objetivo del proyecto fue potenciar el concepto de la guerra pérdida, implícito en el plan original, y trabajar con los significados contrapuestos: triunfo – derrota, fuerza – debilidad, voluntad – dolor, lleno – vacío, inorgánico – orgánico, exterior – interior, vertical – horizontal, lo mostrado – lo negado.
Al observarlo desde la avenida San Martín, se aprecian dos antorchas que mantienen encendida la memoria de los hombres en este símbolo. El día de su inauguración los padres del único soldado de la provincia muerto en Malvinas, José Honorio Ortega, fueron los primeros en encender las llamas.
El monumento representa la fuerza y el estar erguido, de pie, a pesar de la derrota.
Los tres planos de su cuerpo principal representan las tres Fuerzas Militares. En la zona media hay una perforación, de allí estaba previsto que se derramara agua por el canal de la espalda hacia la fuente donde se encuentran las islas.
En la parte media de atrás del monumento, nace un canal que es rodeado por una vereda con figuras de rostros de soldados combatientes en color rojo y se conecta con la fuente que lleva en el interior a las Islas representando las heridas, el dolor y mostrando así el segundo rostro del monumento o bien, ‘ la otra cara de la guerra’. Las piedras naturales de la zona de origen volcánico agrupadas alrededor de la escultura, representan lo que las profundidades dejan expuesto hacia fuera; por un lado, lucha y heroísmo y, por el otro, sangre y dolor.